domingo, 18 de noviembre de 2018

LA FORMACIÓN DEL DOCENTE EN EL CONTEXTO DE LA EDUCACIÓN POPULAR


LA FORMACIÓN DEL DOCENTE EN EL CONTEXTO DE LA EDUCACIÓN POPULAR 
                                                                                  Autora: Esp. Raquel Simoza
RESUMEN
            Pese a diversos factores, políticos, económicos, sociales, innovadores del presente siglo, la educación popular, que nació en el siglo XX, desde la perspectiva de  un movimiento  crítico-social del siglo XX que ha resistido a esos cambios del siglo XXI, convirtiéndose en un modelo teórico alternativo que ja trascendido la esfera educativa, convirtiéndose en la esperanza de las reivindicaciones traducidas en las desigualdades sociales de los pueblos latinoamericanos.
            Desde el momento que Freire expuso su pedagogía del oprimido, se convirtió en fuente de inspiración para lograr, desde la educación, el cambio social que anhelaba, y anhela, las clases desposeídas de América Latina, venciendo en muchos casos  el pensamiento autoritario, alienante, excluyente de estos sectores populares.
            Decimos, y sostenemos,  que desde la implementación del proceso de educación bancaria  que concebía al  educando como un ser pasivo que copia, imita, memoriza,  repite sin razón. Por ello, desde los saberes de este pensador crítica  los procesos educativos a través del sistema destructivo y salvaje del capitalismo. De esta manera se hace perentoria afianzar  el ejercicio de educación popular como fuerza impulsora  de la movilización consciente del pueblo, orientada a la  restitución definitiva del Poder Popular. Partiendo de ello,  es necesaria la formación de un docente imbuido dentro de este planteamiento que coadyuve a implementar un nuevo modelo educativo que tome en cuenta la realidad del entorno, participación, colaboración, liberación, concienciación, reflexión-acción, democracia, clases conflictivas,  crítica a la realidad, solidaridad, autonomía, valores personales y sociales, integralidad, comunicación, emancipación,  la producción y humanización; entre otros.  

Palabras Claves: Educación Popular, formación Docente, Humanismo.

  

INTRODUCCIÓN

            En las primeras décadas del siglo XXI, la sociedad vive una realidad cambiante y compleja donde se aprecia que los ciudadanos y ciudadanas algunos no son aptos para enfrentar situaciones imprevistas que sucede en lo cotidiano, dentro de los cuales se destaca el tema educativo. En este sentido, para cualquier ser humano es difícil comprender el caos en el cual está sumida esta sociedad.
            La formación que necesita el profesional de la docencia debe ser innovadora, creativa, actualizada, proactiva, un proceso continuo acorde al modelo de educación del momento en la sociedad actual, identificada por su complejidad, inestabilidad y sobre todo por la velocidad con la que se producen los cambios sociales, precipita en muchos casos los procesos de inadaptación, exclusión y marginación. Esta realidad demanda la agilización de políticas sociales que garanticen el bienestar de la población.
            En este sentido, La tarea de transformar la sociedad pasa por un cambio en el desempeño docente, quienes son los primeros responsables de permear la calidad de vida de los habitantes del sector, sin embargo las escuelas de educación y pedagógicos siguen entrenando individuos para el vacío, ausentes y carentes de las habilidades y destrezas que le permitan lograr articularse en el contexto comunitario donde se desenvuelven. 
La formación permanente del Docente, dentro del contexto de la Educación Popular, conlleva plantearse el reto de pensar en la formación de colectivos interdisciplinarios e ir más allá de la estructura de clase y consolidar una cultura de trabajo de los docentes que permita su formación, que en este caso no es sola pedagógica sino también en el ámbito social. Sin embargo, no es suficiente que el docente comprenda la realidad educativa y del contexto donde se desempeñe; de donde se puede evidenciar una serie de debilidades relacionadas con distintos aspectos entre los cuales se cuentan la formación de los maestros en ejercicio, sino que es necesario transformar dicha realidad. La formación permanente del docente se plantea como un reto para dichos docentes, que son los responsables del futuro de nuestra sociedad.  Esta es la finalidad del presente artículo plantearse nuevas realidades educativas, desde la perspectiva de la educación popular para ser llevadas a la realidad de la formación docente.
MARCO REFERENCIAL O ESTADO DEL ARTE

            La formación permanente del Docente en el contexto de la Educación Popular, conlleva plantearse el reto de pensar en la formación de colectivos interdisciplinarios e ir más allá de la estructura de clase y consolidar una cultura de trabajo de los docentes que permita su formación que en este caso no es sola pedagógica sino también en el ámbito social. Sin embargo, no es suficiente que el docente comprenda la realidad educativa donde se puede evidenciar una serie de debilidades relacionadas con distintos aspectos entre los cuales se cuentan la formación de los maestros en ejercicio, sino que es necesario transformar dicha realidad. La formación permanente del docente se plantea como un reto para dichos docentes son los responsables del futuro cultural de nuestras sociedad.
            En otras palabras, La tarea de transformar la sociedad pasa por un cambio en el desempeño docente, quienes son los primeros responsables de permear la calidad de vida de los habitantes del sector, sin embargo las escuelas de educación y pedagógicos siguen entrenando individuos para el vacío, ausentes y carentes de las habilidades y destrezas que le permitan lograr articularse en el contexto comunitario donde se desenvuelven.
            Parten estos procesos desde una visión de la educación popular, que de acuerdo a Freire (1986) “como una concepción humanista que determinarán a mediano plazo la transformación social” (p.29).  Hay quienes siguen todavía identificando la Educación Popular con prácticas educativas no formales, de capacitación o formación, que se dan en contextos fuera del sistema educativo formal y se relacionan fundamentalmente con adultos. Y no faltan los que consideran que hoy, no tiene sentido seguir hablando de Educación Popular, término que debe ser definitivamente borrado de las agendas educativas. Para los que vocean el fin de las utopías y de la historia, es inconcebible una educación que no renuncia a la esperanza, a los sueños y a las transformaciones sociales profundas.
En este sentido, la preparación de los docentes requiere de procesos que se sustenten en el compromiso con la formación de los mismos para que estos respondan desde su actuación profesional y humana a las necesidades del contexto donde hacen vida. Esto significa, que el compromiso con la formación se dinamiza desde lo individual, lo colectivo, lo institucional y lo social con un profundo sentido de país al servicio de los intereses nacionales, que son fundamentalmente humanos, sociales y orientados a la revitalización del enfoque de formación integral.
Desde esta perspectiva, el docente o mejor dicho el colectivo de docentes, debe comprometerse con la autorreflexión y la reflexión colectiva en función de generar acciones transformadoras, comprometerse con el cambio en su actuación pedagógico profesional por la responsabilidad pública que implica ser profesor para poder dar respuestas a las necesidades formativas de los diferentes grupos sociales. Asimismo, debe estar comprometido con la generación de lo nuevo en las prácticas pedagógicas, sustentado en el conocimiento gestionado desde las redes sociales para la comprensión y transformación de la realidad
El nuevo docente que requiere la sociedad debe tener un pensamiento holístico, crítico, consustanciado con la realidad social, transformador. Al respecto, Morín (1999) afirma sobre la imposibilidad de reformar la institución sin reformar previamente las mentes, y a la vez no se pueden reformar las mentes sin reformar previamente las instituciones; en este caso, se trata de comprender que el mundo es una complejidad multidimensional. No obstante, comprender la educación como práctica social, requiere una visión compleja que sea capaz de analizar elementos históricos como conjuntos de saberes, principios, leyes, formas, instrumentos, espacios, tiempos, estilos de relación entre otros, de la cultura institucional, e investigar acerca de la intervención del docente sobre la realidad. (Marcano, 2011).
Esta consideración eleva el papel fundamental de las relaciones sociales comunitarias, al ser desarrolladas como proceso participativo, democrático y liberador. La acción formativa tiene que afianzar su discurso educativo, tomando en cuenta la identidad y la solidaridad de los miembros de la comunidad, quienes manifiestan su interés por resolver los problemas de su espacio. Por tanto, es importante vincular la formación de los docentes con su desempeño en las comunidades. En estos tiempos, se aspira a que el docente sea un líder comunitario, que trascienda de las aulas de clase y que promueva aprendizajes con base en lo local para poder llegar a conocimientos universales, ya que la educación es la base de las transformaciones sociales y sobre la base del análisis de la inoperancia del sistema educativo, en términos de cantidad sobre calidad, se tiende hacia una transformación cualitativa, característica común de los proyectos educativos actuales en los países latinoamericanos. Al respecto, Ordóñez (1997) señala que:
…insisten en la conveniencia de que el quehacer de cada institución educativa esté orientado por su propio proyecto y que éste sea elaborado de manera autónoma por los actores de cada institución escolar, teniendo en cuenta las características socioculturales específicas de los alumnos a los que atiende, las características de la localidad donde se ubica y las intenciones pedagógicas de todos los actores involucrados en la práctica escolar.(pp. 18-19)
Bajo estas perspectivas, se hace relevante y fundamental el papel del docente como líder comunitario, el desempeño a cabalidad de su rol de promotor social. Y no es que no sea una condición desarrollada en la práctica por muchos docentes, mucho más cuando las características de la comunidad así lo ameritan.
 Cierto es que las características intrínsecas de muchas comunidades pueden moldear al docente para ejercer fundamentalmente su rol de promotor social. Sin embargo, el problema radica en que las actividades realizadas se hacen de forma improvisada, para atender emergencias circunstanciales y no como resultado de una planificación. La necesidad de resolver problemas comunitarios lleva a sus líderes, entre ellos a los docentes, a realizar acciones determinadas, basadas en ideas o propuestas. Sin embargo, no siempre se obtienen los resultados esperados, debido, en parte, a la falta de preparación como educadores comunitarios, ya que los mismos no trascienden de lo meramente académico sin lograr el empoderamiento de los saberes populares.
Partiendo de lo anteriormente señalado,  debe implementar un plan de trabajo que articule con los demás comités del consejo comunal y fortalecer los programas sociales establecidos en el Proyecto Nacional Simón Bolívar segunda línea de acción “Suprema Felicidad Social”, así como en los artículos 78 y 79 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
Por otro lado, Tedesco (2000), “La educación ya no podrá estar dirigida a la transmisión de conocimientos y de informaciones sino a desarrollar la capacidad de producirlos y de utilizarlos. Este cambio de objetivos está en la base de las tendencias pedagógicas actuales, que ponen el acento en los fenómenos metacurriculares. El papel de los docentes no puede continuar siendo el mismo que en el pasado. Más bien ha de ser el de un acompañante cognitivo” (p.209).
Es por eso que, esta presión que las nuevas demandas sociales ejercen sobre la institución educativa supone uno de los retos más importantes a la hora de plantear y llevar a cabo la actualización de la profesión docente. Cambiar la inercia de un pasado tradicionalista de la enseñanza exige un esfuerzo que no puede recorrerse en solitario ya que, “…La enseñanza como sistema institucional tiene su propia historia y deja su impronta en una “tradición” y una “cultura de hacer las cosas” que es muy difícil de combatir incluso a pesar de que sus consecuencias puedan ser, obviamente, negativas (Imbernon, 1999, p.19)
En este orden de ideas, la formación del docente sea inicial o durante el desarrollo de la profesión, es considerada unánimemente como uno de los recursos más decisivos e ineludibles para promover las reformas y mejoras que la sociedad exige actualmente de los sistemas escolares y la educación. Para lograr el empoderamiento desde la perspectiva comunitaria, siendo en palabras de Freire (1980), “el proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo como grupo social para impulsar cambios positivos de las situaciones que viven” (p.91), el docente debe conocer que esto implica deshacer las construcciones sociales negativas, de forma que las personas afectadas lleguen a verse como poseedoras de la capacidad y del derecho a actuar y a tener influencia, para lo cual el profesor no ha sido formado y por lo tanto el desconocimiento no le permite aprovechar los saberes populares para la transformación de sus realidades sociales.
En definitiva, es necesaria la formación docente, de manera permanente, basada en la educación popular, ya que debe dar respuesta al tipo de docente que demanda la sociedad, de donde cuya  formación académica debe darse en virtud de los cambios que continuamente se están gestando en materia de la construcción del nuevo modelo educativo. De ahí , es imperante comprender la educación como práctica social, y la praxis del docente dentro de esta práctica, cuál es su desempeño, cómo lo hace, cuáles son sus competencias, que requiere en su formación para lograr el conjunto de saberes necesarios para contribuir al cambio social.
Desde tal perspectiva, y valorando el escenario social que se plantea ante el futuro inmediato de las sociedades , no cabe duda de que la participación de los docentes debe ser orientada hacia la construcción de significados y de saberes que fortalezcan la formación de identidades coherentes con los cambios planteados, y, más que estar planteados, éstos son inmediatos y presentes, lo que obliga al docente, como profesional social y cultural, a mantener actualizado su papel dentro de estos procesos.
REFERENTES TEÓRICOS
Bajo esta perspectiva, se busca una compresión de las complejas interrelaciones que se dan en la realidad, para develar la epistemología del  propósito de explicar el tejido de relaciones que a nivel de socialización, educación, normas y valores que hacen referencia, básicamente, a concepciones epistemológicas, ontológicas, axiológicas y metodológicas.

Visión ontológica
Las nuevas formas de conocer suponen acercarse a aquello que es lo común en la identidad; por eso lo ontológico es primero que lo epistemológico y lo metodológico, ya que es menester enfrentarse a la cuestión de a quién se conoce y cómo.
La formación del docente desde la perspectiva de la educación popular, está vinculada a las necesidades cognoscitivas y de transformación social de las comunidades. Este proceso conduce a un encuentro frecuente con el otro en la necesidad de actuar en la sociedad. La vida se constituye en el escenario para aprender a resolver cada día la diversidad de dificultades que se presentan. En este sentido, Freire (1984) resalta que la esperanza “es una necesidad ontológica” (p. 81), de allí que sea indispensable volver al concepto de ser social y reflexionar sobre la visión ontológica del concepto de ser en sí y ser para qué, lo que conlleva a explicar la relación del ser con la realidad.
Una renovada visión ética, social y política intensifica el debate acerca de la reconstrucción de los vínculos de la comunidad con la sociedad. Esta simbiosis otorga particular significación a lo inclusivo de la vida cotidiana, como ámbito de aprendizaje, de aprehensión de los saberes vividos desde la comunidad; concepto clave alrededor del cual giran distintas acepciones, dado su carácter polisémico y complejo. De allí que interese destacar en este escenario la idea de comunidad como tejido intersubjetivo, dibujado en la trama de relaciones creativas con el otro, donde ocurren distintos procesos de dinamización social y emergentes cambios en beneficio personal y colectivo. Por tanto, atendiendo el área que nos ocupa, es apremiante propiciar que la educación tenga su arraigo en las necesidades de las comunidades, derivando de allí los contenidos programáticos, involucrando de este modo a la misma como un todo armónico incluyente.
Ahora bien, de acuerdo a Gutiérrez (1984) la misión de la ontología es ir descubriendo al mundo poco a poco, para captar cuál es la realidad; es decir, se hace necesario el carácter transformativo del sujeto, los cuales deben concientizarse en su vinculación con la realidad. Partiendo de esta concepción, el tipo de hombre y mujer que demandan los nuevos tiempos debe tener las siguientes características: una visión holística de la realidad, la posibilidad de pensar más allá de sus fronteras y actuar localmente, capacidad autocrítica, de autogestionarse, con habilidad para desaprender y aprender permanentemente, con posibilidad de combinar el pensamiento lógico con la creatividad, la capacidad para transferir lo aprendido, pensamiento imaginativo y visualización, control emocional y comunicación dialógica y un gran despliegue para interactuar con el otro
            Los principios axiológicos como sustento del modelo de universidad que se propone tienen su explicación en la crisis que caracteriza la época actual. La educación que se propone está centrada en valores que promuevan cambios significativos en la formación del ser humano, capaz de desenvolverse en una sociedad pluricultural, en la que prevalecen la libertad, la tolerancia, la interdependencia, la solidaridad, la honestidad, la justicia, el bien común, el respeto por la vida y la convivencia e identidad nacional.
            Los valores que se plantean en el modelo atienden al contexto socio-histórico-cultural venezolano, fundamentalmente los consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual tiene como fin supremo “la refundación de la República para establecer una sociedad democrática participativa, protagonista, multiétnica en un Estado federal y descentralizado” (Preámbulo CRBV, 1999), que consolide los valores ya mencionados como principios que orientan el modelo propuesto y la Ley Orgánica de Educación.
.           Es la necesidad de un sujeto contextualizado, un ser humano que se prepara, capaz de pensar críticamente, confrontar sus ideas, ofrecer una perspectiva diferente y enriquecedora, no un universitario cuya finalidad última es ser, únicamente, receptor del conocimiento. La actividad intelectual inherente a toda institución educativa está en relación directa con la defensa y difusión de los valores universales, pero sobre todo enfocada en el desarrollo de las cualidades personales que favorecen la plena realización del hombre como persona conectada con una cultura y naturaleza social, que le permitan procesar las acciones de valorar, preferir y decidir.

Visión epistemológica
La forma como se aborda la investigación, a través del paradigma interpretativo, tiene como objeto comprender la interacción comunicacional que le da forma al significado intersubjetivo e individual del ser humano. De lo afirmado se deriva que se puede tener una perspectiva interpretativa de las acciones propias o de las acciones de los otros a través del ejercicio cognoscitivo. De igual manera, al hablar de la acción se hace referencia al ejercicio que lleva a cabo la conciencia para orientar los actos que derivan de ello, en el sentido de darle significado a la acción vivencial.  El mundo cotidiano puede ser conocido por el actor social y este a su vez compartirlo con otros, quienes pueden interpretar y reinterpretar ese mundo.
            En otras palabras, el investigador trata de descubrir el significado de las acciones humanas y de la vida social, dirigiendo su labor a entrar en el mundo personal de los individuos, en las motivaciones que lo orientan, en sus creencias. Es decir, existen múltiples realidades construidas por los actores en su relación con la realidad social en la cual viven, por eso no hay una sola verdad, sino que ésta surge como una configuración de los diversos significados que las personas le dan a las situaciones en las cuales se encuentran. La realidad social es así una realidad construida con base en los marcos de referencia de los actores.

REFLEXIONES FINALES

            De las reflexiones emanadas de este trabajo, se desprende que educar no es imponer nada a nadie, sino ayudar a ser, de esta manera, la relevancia de la investigación se fundamenta en la actual circunstancia que  entendemos que los cambios que están aconteciendo en nuestra sociedad requieren una transformación en el funcionamiento del sistema educativo lo cual, evidentemente, tiene que ver con la actualización formativa del docente, en cuanto a eje vertebrador de todo cambio educativo que se quiera introducir, siendo esta formación  el instrumento que facilite la constante adecuación a estos cambios que la sociedad venezolana requiere.
            Es evidente, que sin una actualización de los docentes no puede pretender compactar todo lo que se va a necesitar en los próximos años, en otras palabras, es necesaria la actualización formativa del profesorado si se quiere atender al compromiso que tenemos adquirido con nuestra profesión y con nuestro País.  En este orden de ideas,  para que el cambio se logre con éxito, las acciones formativas en docencia deben conjugar adecuadamente una serie de factores que en este trabajo se destacan como imperativos en esa formación del docente, que aluden específicamente al enfoque, el tiempo, la oportunidad, la orientación y el apoyo requerido en su proceso formativo desde una perspectiva que privilegia la función del docente reflexivo.
Se plantea además la necesidad de desafiar al docente  para que reconozca la importancia y la complejidad de su práctica docente que desarrolla específicamente en este nivel y estimularlo para que en el marco de su desarrollo profesional participe en programas de formación y actualización que respondan tanto a sus necesidades individuales como a las que plantea la propia institución ¡en los ámbitos pedagógico, profesional, personal y social.
Evidentemente, los docentes, deben comprometerse con la autorreflexión y la reflexión colectiva en función de generar acciones transformadoras, comprometerse con el cambio en su actuación pedagógico profesional por la responsabilidad pública que implica ser profesor para poder dar respuestas a las necesidades formativas de los diferentes grupos sociales.
Así mismo, como parte de la formación, el docente debe prepararse para la autoformación, autoeducación y autoevaluación, lo que significa que debe adquirir la responsabilidad de orientarse a sí mismo y de manejar su propia formación, para lograr aportar insumos  novedosos para la transformación social.
     Dentro de la producción de las investigaciones educativas en Venezuela,  la perspectiva de la formación docente en el contexto  de la educación popular es relativamente nueva, hay una tendencia a incrementar el interés a través de jornadas,  encuentros, conferencias que permitan ahondar y tener conocimiento en el tema, tomando como referente la legislación educativa venezolana.

REFERENTES BIBLIOGRÁFICOS
Bericat, E. (1998). La integración de los métodos cuantitativo y cualitativo en la            investigación social. Madrid: Ediciones Ariel.
Chirinos, F. (2013) La Familia. . México: Alianza Editorial Mexicana.
Fernández C. (2003). La lógica epistémica de la invención de la realidad. Revista             Conocimiento, realidad e ideología. AVEPSO. Fascículo 6. México
Freire, P. (1984). Pedagogía del oprimido. Barcelona: Editorial Siglo XXI.
Gutiérrez Pantoja, G. (1984). Metodología de las ciencias sociales. México: Harla.
imbernon, (1999). Formación y Actualización para la Función Pedagógica. Madrid.
Meza, J. (2002) La investigación en la cotidianidad social desde la fenomenología.     Revista Tiempo de Educar. Madrid: Secretaria de Educación.
Morín (1999).Con la Cabeza Bien Puesta. Repensar la reforma. Reformar el     pensamiento. (1ra. Ed. En español, P. Mahler, Trad).Bueno Aires: Ediciones    Nueva Visión. 9-11.
República Bolivariana de Venezuela (2009). Constitución de la República        Bolivariana de Venezuela. Gaceta Oficial N° 5.908 Extraordinario de fecha           19 de febrero de 2009.
Ruiz. J.I. (2003) Metodología de la investigación cualitativa. Bilbao: Universidad de     Deusto.
Schütz, A. (1995). La construcción significativa del mundo social. Barcelona:    Paidós.
Schwartz, H. y Jacobs, J. (1999). Sociología cualitativa. Método para la    construcción de la realidad. México: Editorial Trillas.
Tedesco, Juan Carlos, (2003) “La educación como clave para el desarrollo        nacional en: La Nación, Sección 7 (Enfoques).

lunes, 12 de octubre de 2015

sigueme en facebook

siguenos en facebook facebook.com/raquel.simoza1

La virtualizacion de las Universidades

http://tecnologiaedu.us.es/cuestionario/bibliovir/La_virtualizacion_univ.pdf

Perfil Profesional


La importancia de las TIC´s en la Educación


Introducción

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) se han desarrollado a pasos agigantados y han modificado a la sociedad en todos sus ámbitos, incluida la educación. En donde dichas tecnologías se presentan como una necesidad en la sociedad que crece tan rápidamente en donde los cambios tan rápidos exigen un mayor grado de conocimientos, una educación  de alto nivel  y actualización permanentes.
Las nuevas tecnologías están presentes en nuestra vida diaria (trabajo, estudio, hogar,etc.) y se han convertido en herramientas indispensables en cualquier labor a desempeñar, no sólo están cambiando la forma de trabajar sino también de comunicarse.

            Se denominan Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) al conjunto de tecnologías que permiten la adquisición, producción, almacenamiento, tratamiento, comunicación, registro y presentación de informaciones, en forma de voz, imágenes y datos contenidos en señales de naturaleza acústica, óptica o electromagnética. Las TICs incluyen la electrónica como tecnología base que soporta el desarrollo de las telecomunicaciones, la informática y el audiovisual. Una parte importante que integra las nuevas tecnologías es la educación.
La revolución del conocimiento ha traído consigo cambios drásticos en la sociedad en general lo que ha de llamarse la sociedad del conocimiento.
La sociedad del conocimiento es una sociedad del aprendizaje. El éxito económico y una cultura de innovación continua dependen de la capacidad de los trabajadores para seguir aprendiendo por sí mismos y de los otros. Una economía del conocimiento funciona no sólo con la energía de las máquinas, sino con la energía del cerebro: la energía para pensar, aprender e innovar.
La sociedad del conocimiento es una sociedad cambiante en la que la información se expande rápidamente y circula continuamente alrededor del globo; dinero y capital fluyen en una búsqueda inquieta e implacable de nuevas oportunidades de inversión; las organizaciones se reestructuran continuamente; las políticas gubernamentales sufren cambios volátiles a expensas de un electorado cada vez más caprichoso; y la migración multicultural reconstituye continuamente las comunidades en las que vivimos. Las escuelas no son inmunes a todo esto, y en un mundo en constante cambio, con un conocimiento en expansión, comunidades en transformación, y políticas columpio en educación, los docentes de la sociedad del conocimiento deben, por lo tanto, desarrollar y ser ayudados a desarrollar capacidades para correr riesgos, manejar el cambio, e iniciar pesquisas cuando se les plantean de forma repetida nuevas demandas y nuevos problemas.
La sociedad del conocimiento tiene tres dimensiones. En primer lugar, comprende una esfera educativa, técnica y científica expandida, tal como describió Daniel Bell. En segundo lugar, implica modos complejos de proceso y circulación de conocimiento e información en una economía basada en los servicios. En tercer lugar, acarrea cambios básicos en el modo de funcionamiento de las empresas y organizaciones para promover la innovación continua de productos y servicios, mediante la creación de sistemas, equipos y culturas que lleven al máximo las oportunidades para el aprendizaje mutuo y espontáneo.
El segundo y el tercer aspectos de la sociedad del conocimiento dependen de que se disponga de una sofisticada infraestructura de tecnología de la información y la comunicación que haga que este aprendizaje sea más rápido y más sencillo. Esta infraestructura de la información es crucial, y no sólo para las economías líderes. Castells demuestra que pasar a estar conectado electrónicamente a la sociedad del conocimiento o de la información es una prioridad igual de importante en los países menos desarrollados.44 Nos demuestra que estos países más excluidos de la economía de la información, o que han sido los últimos en iniciarse en la tecnología de la información, han llegado menos lejos económicamente hablando. Es más, el fracaso para invertir en tecnología de la información y extender su acceso (con los flujos libres de información que la acompañan) más allá del uso militar hacia la sociedad civil, fue una de las causas principales del derrumbamiento del comunismo soviético. Naciones o grupos que no participan o que no pueden participar en la sociedad de la información son progresivamente marginados por ésta.
Para muchos docentes, el impacto de los nuevos desarrollos en la ciencia del aprendizaje ha significado aprender a enseñar de manera diferente a como ellos fueron enseñados cuando eran estudiantes.69
Enseñar para la sociedad del conocimiento es técnicamente más complejo y más variado de lo que nunca antes había sido la enseñanza. Parte de una base de investigación y experiencia acerca de la enseñanza efectiva que está en constante crecimiento y expansión. Por lo tanto, los docentes actuales necesitan estar comprometidos e implicarse continuamente en proseguir, actualizar, controlar y revisar su propio aprendizaje profesional. Esto incluye participar en redes de aprendizaje profesional virtuales y presenciales

En general, enseñar en y para la sociedad del conocimiento tiene que ver con un aprendizaje cognitivo sofisticado, un repertorio cambiante y en expansión de prácticas de enseñanza basadas en la investigación, formación y autoevaluación profesional continua, asociaciones de aprendizaje con los progenitores, el desarrollo y el uso de la inteligencia colectiva, y con el cultivo de una profesión que valora la resolución de problemas, la asunción de riesgos, la confianza profesional, el enfrentarse al cambio y el compromiso con la mejora continua.
De acuerdo con la segunda y tercer dimensiones la sociedad del conocimiento, en cuanto a las diferencias y el impacto social de las TIC´s surge uno de los primeros conceptos denominado brecha digital.
La UN ICT Task Force define la brecha digital de la siguiente manera:
En los últimos años, como consecuencia de que las tecnologías de la información y de la comunicación se han convertido en la columna vertebral de la economía de la información mundial y de que han dado lugar a la sociedad de la información, se ha puesto mayor atención a la diferencia de acceso a las TIC entre los países desarrollados y los países en desarrollo. Esta diferencia se conoce como la “brecha digital”.
El concepto de brecha digital se ha modificado a través del tiempo. En un principio se refería básicamente a los problemas de conectividad. Posteriormente, se empieza a introducir la preocupación por el desarrollo de las capacidades y habilidades requeridas para utilizar las TIC (capacitación y educación) y últimamente también se hace referencia al uso de los recursos integrados en la tecnología. Así, el concepto de brecha digital incorpora los siguientes enfoques básicamente:
a) El enfoque hacia la infraestructura: o sea, la posibilidad/dificultad de disponer de computadoras conectadas a la red mundial. Esto incluye también el problema de servidores y de backbones. De hecho, los países del sur siguen dependientes de los equipamientos del norte.
b) El enfoque hacia la capacitación: es decir, la capacidad/dificultad de usar estas tecnologías. Se empezó a contemplar que también existe una diferencia relacionada con las habilidades y capacidades para utilizar adecuadamente la tecnología y no solamente con la posibilidad de disponer de computadoras. En este sentido, se comienza a desarrollar el concepto de alfabetización digital relacionado con el de brecha digital.
c) El enfoque hacia el uso de los recursos: se refiere a la limitación/posibilidad que tienen las personas para utilizar los recursos disponibles en la red. En los últimos tiempos, se ha integrado en el concepto de brecha digital las posibilidades de utilizar la tecnología no ¬solamente para acceder a la información, el conocimiento sino también a un nuevo modo de educación y para aprovechar de las “nuevas oportunidades” como el desarrollo de los negocios, la atención médica en línea, el teletrabajo, el disfrute de nuevas formas de entretenimiento y ocio.
La brecha digital es producto de las brechas sociales producidas por las desigualdades económicas, políticas, sociales, culturales, de género, generacionales, geográficas, etc.
En los ámbitos educativos la perspectiva constructivista ha tomando gran auge, por enfatizar en las potencialidades y capacidades del propio alumno para generar su aprendizaje o enriquecerlo con las aportaciones de las personas que lo rodean. En los ambientes virtuales se trata de conciliar las posturas individualistas propuestas por Piaget, Gagné, Ausubel, entre otros; con las posturas socialistas promovidas por Vygotsky, Chomsky, Luria, etc., teóricos formados en la añeja escuela rusa.
El constructivismo social, de conformidad como lo menciona Ramón Ferreiro, es una respuesta a la necesidad de nuestros días, (en donde existe múltiple información sobre un tema) se basa en el aprendizaje cooperativo, en donde el alumno es la base del aprendizaje y este aprendizaje lo lleva a cabo cuando se enfrenta al objeto de manera personal, a lo que le llama interactividad, y un aprendizaje significativo, el cual lo realiza entre pares, o entre compañeros. así como en incorporar actitudes y valores para aprender a aprender para toda la vida
La educación en línea es producto de este tipo de constructivismo social, en donde se está privilegiando al alumno, que rescata la información que se encuentra dispersa en la red, por lo que debe ser capaz de discriminar y aprovechar esta información en su beneficio, a este tipo de aprendizaje, conocido como e-learning, se está perfilando como centro de interés de la educación el desarrollo del pensamiento crítico y las capacidades de autoaprendizaje que pueden ser útiles al individuo a lo largo de toda su vida. Lo que se pretende obtener con la educación, es la construcción de estructuras coherentes de conocimiento que puedan recibir y contener el aprendizaje futuro, más que la asimilación de contenidos específicos.
El e-learning e internet, son maravillosas fuentes de ideas, pero para ser genuinamente educativas deben ofrecer una experiencia que asegure continuidad o la base de experiencias educativas nuevas y valiosas.
Se le considera con una potencialidad inmensa, ya que no es necesario estar de manera presencial para lograr un conocimiento, sino que depende de la oportunidad que tiene cada individuo para mejorar.



Conclusiones

 Como declara Privateer: “ No tiene mucho sentido que el ámbito académico continúe con su tradicional enfrentamiento contra las nuevas tecnologías pues éstas están alterando el modo en que los seres humanos aprenden e interactúan entre ellos en las nuevas comunidades de aprendizaje “ 
El reto consiste en comprender el contexto educativo emergente y en crear  entorno docentes que faciliten el desarrollo de las capacidades cognitivas superiores y las hagan prosperar en el seno de la denominada era del conocimiento.
Tanto el constructivismo social como el aprendizaje colaborativo, propuesto por un gran número de autores teóricopedagógicos, son parte fundamental en las Sociedades         del      Conocimiento.
Ferreiro señala que el constructivismo social es una manera de formar seres humanos capaces de sumergirse en un proceso permanente y autogestivo para toda la vida, pudiendo relacionarse con sus semejantes y siendo parte de una transormación           social             positiva.
Garrison propone el e-learning como una altenativa educativa a las necesidades actuales, pero también plantea la importancia de delimitar adecuadamente el proceso para proponerlo al alumno de tal manera que a través de ese trayecto él pueda convertirse en un ser autónomo, que el alumno logre convertir en significados todos aquellos significantes que puede observar a través de los ambientes virtuales.







Bibliografía        

Duart, J. M. y Sangrà, A, (2000) Formación universitaria por medio de la web: un modelo integrador para el aprendizaje superior" de en “Aprender en la virtualidad. España. Edit. Gedisa :Universitat Oberta de Catalunya.
Fernández,R. Educación y tecnología un binomio excepcional. Grupo editor K.
Ferreiro, Ramón (2004). Estrategias didácticas del aprendizaje cooperativo: El constructivismo social: una nueva forma de enseñar y de aprender. México.Ed. Trillas.
Garrison, D.R (2005). El e – learning en el siglo XXI: Investigación y práctica. España. Ed. Octaedro.
Hargreaves, Andy. (2003). Enseñar en la sociedad del conocimiento. España. Ed. Octaedro.http://educacionvirtual.jalisco.gob.mx/dgupn-ip/IAVA2/m1/recursos/M1_S2_Ensenar_en_la_sociedad_del_conocimiento_Hargreaves.pdf . Consultado el  24 mayo del 2011.
Peiró,S. (2006). Nuevos desafíos en Educación. España. Ed. Club Universitario.

Bienvenidos a mi nuevo Blogg

Este espacio esta destinado para desarrollar temas relativos a la evolución de la educación vs la tecnología